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El Libro del Pueblo de Dios

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Zacarías

23ISRAEL ENTRE LOS PUEBLOS
23En esta primera sección, el profeta anuncia que el Señor intervendrá al fin de los tiempos y triunfará sobre sus enemigos. Los pueblos vecinos de Judá, una vez sometidos y purificados, serán incorporados al Pueblo de Dios (9. 1-8). Entonces Jerusalén recibirá triunfalmente a su Rey Mesías, que establecerá el reinado de la justicia y proclamará la paz a las naciones (9. 9-10). El mismo Señor, como un jefe guerrero (9. 14), renovará los prodigios del Éxodo para reunir a todos los israelitas dispersos (10. 11). Y los repatriados serán tan numerosos, que ni la Palestina ni las regiones adyacentes –el Líbano y Galaad– bastarán para darles cabida (10. 10).
23Esta visión de los tiempos mesiánicos concluye con la enigmática alegoría de los dos pastores (11. 4-17). Al representar esta doble acción simbólica, el profeta alude probablemente a ciertos acontecimientos de su época, interpretados como un juicio de Dios. Este juicio está expresado en la ruptura de los dos bastones con que el buen pastor apacentaba el rebaño (11. 10, 14). Por haber rechazado al Señor, su único y verdadero Pastor, el pueblo es puesto en manos de un jefe despótico, que será el encargado de ejecutar la justicia divina. Pero estos sufrimientos serán una purificación y una preparación para la nueva era mesiánica, como parece sugerirlo la conclusión de la alegoría en 13. 7-9.
23El Evangelio según san Mateo se hace eco de dos profecías que figuran en esta parte del Libro. En primer lugar, el evangelista ve cumplido el oráculo de 9. 9-10 en la entrada de Jesús en Jerusalén montado sobre un asno (Mt. 21. 4-5). Y en el exiguo salario pagado al profeta, que apacienta el rebaño en nombre del Señor (11. 12), él reconoce el precio de la traición de Judas (Mt. 27. 9-10).
El triunfo de Dios sobre los pueblos vecinos
9
1 Oráculo.
1 La palabra del Señor llegó al país de Jadrac,
1 y en Damasco está su reposo;
1 porque al Señor pertenece la fuente de Arám,
1 como todas las tribus de Israel,
2 y también Jamat, que está en su frontera,
2 y Tiro y Sidón.
2 Por su gran sabiduría,
3 Tiro se construyó una fortaleza,
3 amontonó plata como polvo
3 y oro fino como barro de las calles.
4 Pero el Señor va a apoderarse de eso,
4 arrojará su poderío en el mar
4 y ella misma será presa de las llamas.
5 Lo verá Ascalón y temerá;
5 también Gaza, y se retorcerá de dolor,
5 y lo mismo Ecrón, porque su esperanza quedó defraudada;
5 Gaza no tendrá más rey,
5 Ascalón ya no será habitada
6 y gente bastarda se instalará en Asdod.
6 Yo aniquilaré el orgullo del filisteo,
7 quitaré la sangre de su boca
7 y sus abominaciones de entre sus dientes.
7 Él también será un resto para nuestro Dios,
7 será como un jefe en Judá,
7 y Ecrón será como un jebuseo.
8 Yo acamparé junto a mi casa como una guardia
8 contra los que pasan y vuelven:
8 no pasará más entre ellos ningún opresor,
8 porque ahora he visto con mis ojos.
El Mesías humilde y pacífico
9 ¡Alégrate mucho, hija de Sión!
9 ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén!
9 Mira que tu Rey viene hacia ti;
9 él es justo y victorioso,
9 es humilde y está montado sobre un asno,
9 sobre la cría de un asna.
10 Él suprimirá los carros de Efraím
10 y los caballos de Jerusalén;
10 el arco de guerra será suprimido
10 y proclamará la paz a las naciones.
10 Su dominio se extenderá de un mar hasta el otro,
10 y desde el Río hasta los confines de la tierra.
La liberación de los cautivos
11 En cuanto a ti, por la sangre de su alianza
11 yo libraré a tus cautivos de la fosa sin agua.
12 Vuelvan a la plaza fuerte,
12 cautivos llenos de esperanza.
12 Sí, hoy mismo lo declaro:
12 yo te daré una doble compensación.
13 Porque yo tendí mi arco: es Judá;
13 lo armé con Efraím.
13 Lanzaré a tus hijos, Sión,
13 contra tus hijos, Javán;
13 te empuñaré como una espada de guerrero.
14 El Señor aparecerá sobre ellos,
14 y su flecha partirá como el rayo.
14 El Señor hará sonar la trompeta
14 y avanzará en los torbellinos del sur.
15 El Señor de los ejércitos los escudará;
15 ellos triunfarán y pisotearán las piedras de las hondas,
15 beberán la sangre como si fuera vino,
15 se llenarán como la copa de la aspersión,
15 como los ángulos del altar.
16 El Señor, su Dios, los salvará en aquel día,
16 como al rebaño de su pueblo;
16 como piedras de una diadema,
16 resplandecerán sobre su tierra.
17 ¡Qué felicidad y qué hermosura!
17 El trigo dará vigor a los jóvenes
17 y el vino nuevo a las jóvenes.

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