1Una terrible invasión de langostas ha devastado todo el país y lo ha privado hasta de los elementos indispensables para los sacrificios rituales. Esta plaga, fatal para un pueblo de agricultores, es descrita poéticamente como el avance de un ejército poderoso y ordenado, que se lanza al asalto de una fortaleza y no deja tras de sí más que desolación y miseria. Para conjurar la catástrofe, el profeta invita a los sacerdotes a proclamar un solemne ayuno expiatorio y exhorta al pueblo a convertirse de corazón al Señor. Pero la invasión de langostas es para Joel mucho más que un hecho fortuito: en los estragos causados por esa plaga devastadora, él ve la señal y el preanuncio del Día del Señor (1. 15), el gran Día final en que Dios intervendrá como Juez de las naciones (4. 12) y Salvador de su Pueblo (4. 20).
Título
1
1 Palabra del Señor, que fue dirigida a Joel, hijo de Petuel.
Lamentación por la ruina del país
2 ¡Escuchen esto, ancianos,
2 presten atención, todos los habitantes del país!
2 ¿Sucedió algo así en los días de ustedes
2 o en los días de sus padres?
3 Cuéntenlo a sus hijos,
3 y estos a los suyos,
3 y ellos a la siguiente generación.
4 Lo que dejó la oruga, lo devoró la langosta,
4 lo que dejó la langosta, lo devoró el pulgón,
4 lo que dejó el pulgón, lo devoró el roedor.
5 ¡Despierten, borrachos, y lloren!
5 Laméntense todos los bebedores de vino,
5 porque el vino nuevo se les ha retirado de la boca.
6 Un pueblo ha subido contra mi país,
6 un pueblo poderoso e innumerable;
6 sus dientes son dientes de león
6 y tiene colmillos de leona.
7 ¡Él convirtió mi viña en una desolación
7 e hizo trizas mi higuera;
7 las peló por completo y las derribó,
7 y sus ramas se volvieron blancas!
8 Gime, como una virgen vestida de luto
8 por el esposo de su juventud.
9 La ofrenda y la libación han desaparecido
9 de la Casa del Señor.
9 Están de duelo los sacerdotes,
9 los ministros del Señor.
10 El campo está devastado,
10 la tierra está de duelo,
10 porque el trigo ha sido arrasado,
10 ha faltado el vino nuevo
10 y el aceite fresco se agotó.
11 Aflíjanse, labradores,
11 laméntense, viñadores,
11 por el trigo y la cebada,
11 porque se ha perdido la cosecha de los campos.
12 La viña está seca
12 y la higuera marchita;
12 granados, palmeras y manzanos,
12 todos los árboles del campo se han secado.
12 Sí, el gozo, lleno de confusión,
12 se ha apartado de los seres humanos.
Llamado al ayuno y a la oración
13 ¡Vístanse de duelo y laméntense, sacerdotes!
13 ¡Giman, servidores del altar!
13 ¡Vengan, pasen la noche vestidos de penitencia,