En Dios solo descansa el alma mia.—He aquí otra vez un salmo que parecerá muy ajeno a los creyentes de los países en paz. Los salmos son la oración de un pueblo siempre en lucha y roído por la violencia. Fijémonos en las noticias de la televisión, incluso en las de un noticiario manejado, y veremos que la violencia aflora lo suficiente como para que hagamos esa noche la oración del verdadero mundo, del que lucha por sobrevivir.